
Se pica la verdura muy fina, con ayuda de un robot de cocina, si se quiere.
Extenderla muy bien en el recipiente donde se vaya a secar, de esta manera se secará antes.
Poner al horno solar a una temperatura muy suave, para que el proceso sea lento y no se queme, dejando un poco abierta la puerta para que vaya saliendo la humedad, esto se puede hacer interponiendo una piedrecita pequeña entre el cristal y la madera, para que quede un poco espacio y no se cierre del todo.
Vigilar hasta que esté seca la verdura dejar enfriar y guardar en un tarro de cierre hermético.
La vigilancia también se hará para que no suba la temperatura mucho y la mantengamos constantemente baja, esto se hace orientando el horno para que no estén los rayos totalmente perpendiculares con respecto al horno, y que haya más sombra de lo habitual en el interior (cuando queremos que capte la máxima cantidad de sol).
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